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La Canción y el Hijo del Vecino

La Canción y el Hijo del Vecino Piccolini canta:
"When you´re alone, even when you´re at home you´ll always have me!
Im the mouse of the house, the one you can talk to when you´re feeling akward, kitty that´s me!
So keep your fangs in your mouth, your nails glued up, and your appetite satisfied so you dont decide to eat me. Though Im tender like loin, and worth several coins, Ill always be better company than a late, late ,late evening meeeeeeal!
So Kitty the mouse in the house, with whom you´ll share the couch will give you lots of companyyy!"
Wilfred se queda atónito sin saber qué decir. Ese ratón gordinflón se acababa de marcar un glorioso baile ante sus ojos con una alegría que no había visto en mucho tiempo. Piccolini, que seguía esperando una reacción por parte del gato, se rasca por debajo del cuello con el palillo. Wilfred le dice que no sabe...que tiene que pensarselo y que si decidiese que se puede quedar tendría que imponer unas normas. El ratón le dice que dispare. Wilfred le dice a Piccolini que le acompañe al salón donde está Samuel todavía durmiendo. La primera condición, le dice, es que el verdadero dueño de la casa no le podía ver. Piccolini asiente sin ganas. Wilfred le dice que siempre deberá obedecer sus ordenes ya que el orden de cadena era Samuel él y luego el ratón. Piccolini ya no estaba tan contento y su expresión se estaba distorsionando. Cuando Wilfred acaba con una lista larguísima de cosas que no debe tocar ni hacer Piccolino le dice que más que un piso compartido parecía un getto de la II Guerra Mundial con un gato llamado hitler. De repente unos pasos en el pasillo alertan a Wilfred que va corriendo a la puerta. Alguien le da unos golpes y Wilfred se pone a maullar. Piccolini se esconde detrás de un sofá ya que Samuel se despierta lentamente. Se acerca a la puerta y dice, "Sal un rato jodido gato". Justo afuera está Diego el hijo de la vecina, es un chaval bastante simpático y suele darle cariño a Wilfred. Antes de salir Wilfred mira atrás y le dice a Piccolini que acepta las normas o se va ya que compañía ya tenía siempre que quería (mintiendo). Una vez en el pasillo Diego, emocionado, coge a Wilfred y lo empieza a sobar. "Ey gatito, tú sí que me entiendes, en casa como siempre he sido un poco travieso se piensan que lo del ladrón de meriendas no es cierto; que es algo que digo para llamar la atención" Wilfred ronronea animadamente alegrándose de tener un vecino que le quiere y confía en él.Tras escuchar unos gritos que provienen de su casa Diego se levanta y le dice que igual luego se pasa por su casa y le pide a Samuel jugar con él un rato. Wilfred maulla emocionado mientras Piccolini mira por la puerta asqueado.

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jlori -

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